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Un estudio de Gonzalo Flores muestra la visión del profesorado de Educación Física sobre los conflictos en la escuela multicultural

Niños y niñas en una clase de Educación Física

Un estudio de Gonzalo Flores muestra la visión del profesorado de Educación Física sobre los conflictos en la escuela multicultural

Las clases de Educación Física en las escuelas multiculturales no presentan más conflictos de convivencia que en el resto de escuelas catalanas, y los que se originan no tienen el detonante en las diferencias culturales del alumnado sino en otros factores, como los problemas socioeconómicos de las familias y la desatención que sufren algunos niños. Esto es lo que opinan la mayoría de docentes de esta materia en centros con mucha diversidad cultural, según recoge el estudio "El profesorado de educación física y su visión sobre los conflictos en una escuela multicultural", publicado hace unas semanas en la revista Educar. El trabajo lo firma Gonzalo Flores, profesor de CAFE de la UVic-UCC, quien también habla de ello en un post en el portal UDivulga, junto con Maria Prat Grau, de la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​y Susanna Soler, del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña.

El estudio considera que las clases de Educación Física son uno de los espacios de la escuela donde tienen lugar más conflictos o donde estos son más frecuentes, sobre todo en comparación con otras materias curriculares. Y se plantea qué pasa en esta asignatura en las escuelas con una representación más multicultural del alumnado en comparación con el resto de centros. A partir de entrevistas a docentes y de la observación no participante en contextos de clase real, el trabajo revela el punto de vista de los docentes sobre la imagen social de la escuela multicultural, a nivel de conflictividad, identifica las principales situaciones conflictivas que tienen lugar en las aulas y justifica los motivos que las originan.

Para ello, los investigadores han recopilado las opiniones del profesorado de Educación Física que trabaja en centros de primaria con más del 50% de alumnado de origen extranjero, sobre todo del Barcelonès pero también del Vallès Occidental.

Ni más conflictos ni de naturaleza diferente

La mayor parte del profesorado entrevistado desvincula la imagen estereotipada de la escuela multicultural como espacio de conflicto que existe a nivel social y afirma que los problemas detectados no son diferentes ni en número ni en tipología a los de cualquier otra escuela catalana. "Los problemas socioeconómicos de las familias, que revierten en un comportamiento inadecuado de los estudiantes en el aula, y la desatención familiar que muchos niños sufren como consecuencia de los problemas sociales y económicos señalados" son factores clave a la hora de entender los conflictos generados en clase, explica Gonzalo Flores remitiéndose a los resultados del estudio.

Asimismo, el profesorado entrevistado es de la opinión que "la naturaleza propia y personal de cada niño también tiene mucho que ver". En muchos casos, además, culpabilizan a las administraciones públicas "por su inacción a la hora de destinar suficientes recursos o evitar un desequilibrio en la escolarización", y mencionan las características del entorno social, por ejemplo las escuelas gueto los barrios más desfavorecidos, como elemento a tener en cuenta.

Agresiones verbales y físicas y un "racismo inconsciente"

De entre las situaciones conflictivas más habituales en las sesiones de Educación Física el estudio destaca las agresiones verbales y físicas, y un racismo que el profesorado define como inconsciente: "La mayoría de docentes no piensan que los insultos racistas que se dan en las aulas sean alarmantes ni tengan una connotación cultural negativa", explica Flores según el cual se entienden más como "el uso de términos despectivos que han quedado de manera inconsciente en el vocabulario del alumnado y que utilizan en situaciones de tensión" . Los investigadores, sin embargo, también alertan que "entre el profesorado suele existir la tendencia a obviar o naturalizar los insultos raciales y no querer ver” este tipo de problema.

También hay que tener en cuenta el rechazo de determinados alumnos a mantener contacto físico con algunos de sus compañeros, a menudo a raíz del color de la piel ("en edades más tempranas la diversidad cultural puede sorprender") o del género ("el rol de la mujer, infravalorado en determinadas culturas, puede dificultar el trabajo mixto"). La poca implicación del alumnado en la asignatura, el desconocimiento de la lengua vehicular y el incumplimiento de ciertas normas higiénicas como llevar ropa de recambio también contribuyen a hacer menos fluidas las sesiones. Con todo, la mayoría de profesores están de acuerdo en afirmar que, con el paso de los años y desde los inicios de la escolarización del alumnado de origen extranjero hasta ahora, el nivel de conflictividad escolar ha disminuido de forma importante.

Los investigadores apuntan a la formación del profesorado como un elemento esencial para saber detectar y gestionar estas situaciones. "Prevenir y resolver todo tipo de conflicto, pero sobre todo los de naturaleza étnica-cultural, es clave para garantizar la escuela del futuro", afirma Flores según el cual "invisibilizar o banalizar determinadas situaciones puede acarrear graves consecuencias tanto para el alumnado como para el futuro de la sociedad".

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