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Algunos lagos se ven más afectados por la contaminación de plásticos que los océanos

Veronica Nava y Barbara Leoni durante el trabajo de campo

Algunos lagos se ven más afectados por la contaminación de plásticos que los océanos

Fragmentos de residuos plásticos, fibras de ropa y restos de envases se encuentran entre los plásticos y microplásticos que han invadido lagos y embalses a escala mundial. La contaminación causada por estos residuos afecta incluso a los lugares más remotos, donde el impacto humano es mínimo. Además, por primera vez parece que, en algunos casos, las concentraciones de plástico que se encuentran en los ambientes de agua dulce son más altas que las que se encuentran en las conocidas islas de plástico en el océano (Garbage patches ).

Los factores que provocan esta contaminación han sido analizados en el proyecto GALACTIC (GlobAl LAke miCroplasTIC), dirigido por Veronica Nava, investigadora del Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Milán-Bicocca, bajo la supervisión de la profesora Barbara Leoni , coordinadora del Inland grupo de investigación en Ecología y Gestión del Agua, que se ocupa de lagos y ríos en el mismo departamento. El proyecto ha involucrado a 79 investigadores e investigadoras que pertenecen a la red internacional Global Lake Ecological Observatory Network (GLEON), dedicada a la investigación científica a nivel global sobre procesos y fenómenos que suceden en ambientes de agua dulce. Entre el personal que ha participado en el estudio se encuentran Mireia Bartrons y Àngels Leiva, investigadoras del grupo de investigación de Ecología Acuática (GEA) de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC). Los resultados de la investigación se han publicado en la revista científica Nature hoy, jueves 13 de julio, bajo el título "Residuos plásticos en lagos y embalses".

La investigación se realizó a partir de muestras recogidas que se trasladaron a la Universidad de Milán-Bicocca, donde se analizaron utilizando instrumentos tecnológicamente avanzados facilitados por la red de espectroscopia interdepartamental de la universidad. El aparato más valioso de esta instalación es la microespectroscopia Raman (Horiba Jobin Yvon LabRAM HR Evolution Raman Spectrometer), que se encuentra en el laboratorio dirigido por la profesora Maria Luce Frezzotti. Este instrumento permitió confirmar, con extrema precisión, la composición polimérica de los microplásticos, destacando especialmente la presencia de poliéster, polipropileno y polietileno.

El efecto de los plásticos también en el aire

Gracias a este grupo de 79 científicos fue posible tomar muestras de agua superficial, usando redes de plancton de 38 lagos ubicados en 23 países de 6 continentes que representan distintas condiciones ambientales. Entre los lagos donde se ha identificado la mayor contaminación por residuos plásticos se encuentran algunas de las principales fuentes de agua potable para poblaciones locales, como los lagos Maggiore (Italia), Lugano (Suiza-Italia), Tahoe (EE.UU. ) y Neagh (Reino Unido), que también son fundamentales para sus respectivas economías recreativas.

Además de impactar negativamente en el uso del agua potable, la contaminación por plásticos tiene efectos nocivos sobre los organismos acuáticos y el funcionamiento del ecosistema. "El plástico que se acumula en la superficie de los sistemas acuáticos, explica Verónica Nava, puede promover la liberación de metano y otros gases de efecto invernadero". Según comenta esta investigadora, “los plásticos pueden llegar más allá de la hidrosfera e interactuar con la atmósfera, la biosfera y la litosfera, afectando potencialmente a los ciclos biogeoquímicos. Es decir, la circulación entre los diferentes compartimentos de la tierra de los elementos químicos que pasan de la materia viva a la materia inorgánica a través de transformaciones y reacciones químicas, mediante mecanismos que todavía no se han entendido y que requieren una evaluación holística de la contaminación plástica en los sistemas lénticos (aguas estancadas)”.

Dada la concentración relativamente alta de microplásticos en lagos y grandes embalses, estos ambientes pueden considerarse “vigilantes de la contaminación”, puesto que actúan como colectores e integradores de diversas fuentes de plásticos de los embalses y la atmósfera. Además, estos entornos pueden retener, modificar y transportar residuos plásticos a través de las cuencas hidrográficas hasta los océanos. Estos resultados demuestran la escala global de la contaminación plástica: ningún lago, ni siquiera los más alejados de la actividad antropogénica, pueden considerarse verdaderamente puros”, expone Nava. Y concluye: "Esto debería impulsarnos a revisar las estrategias de reducción de la contaminación y los procesos de gestión de los residuos".

Mireia Bartrons comenta que "la contaminación de plásticos se ha convertido en una crisis sin precedentes". Según explica la investigadora de la UVic-UCC, “las estimaciones indican que cada año se producen millones de toneladas de plásticos, y gran parte de éstos terminan en nuestros lagos, embalses, mares y océanos. Los plásticos son persistentes y tardan siglos o incluso milenios en degradarse completamente”. Esta acumulación de residuos plásticos está causando un impacto devastador en nuestros ecosistemas acuáticos y en sus organismos, “con consecuencias nefastas para la salud de las especies que dependen, incluyendo los seres humanos”.

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