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El 47% de mujeres embarazadas durante la covid-19 tuvieron al menos una visita médica cancelada

Embarazo y covid-19 ha sido el tema del proyecto de Sandra Ezquerra

El 47% de mujeres embarazadas durante la covid-19 tuvieron al menos una visita médica cancelada

Hace justo tres años, en marzo de 2020, empezaba la pandemia de cóvid-19 y el confinamiento general de la población de Catalunya. Ante esa situación de excepcionalidad sanitaria, uno de los colectivos que vio afectada la atención profesional recibida fue el de las mujeres embarazadas. La alteración de pruebas, visitas y cursos durante el embarazo fue frecuente y se generalizaron las visitas telemáticas. El derecho de estas mujeres al acompañamiento en todo momento por una persona de su elección se vio seriamente comprometido no sólo durante las visitas y pruebas del embarazo sino también en el parto, especialmente cuando hubo el primer estado de alarma. Así lo recogen los últimos cuatro informes publicados en tres idiomas del proyecto “Derechos sexuales y reproductivos en tiempo de pandemia: maternidad y cóvido-19 en Cataluña”, realizado por el grupo de investigación Sociedades, Políticas y Comunidades Inclusivas (SoPCI) y por la Cátedra UNESCO Mujeres, Desarrollo y Culturas de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC).

Debido a la pandemia, en torno a tres de cada diez mujeres embarazadas se les canceló al menos una prueba clínica y, en concreto, el test O'sullivan (prueba para identificar el riesgo de diabetes gestacional) fue el procedimiento que registró mayores anulaciones. Sólo una minoría de mujeres (6,3%) decidió no asistir a alguna visita o prueba clínica durante el embarazo por miedo a contagio de cóvido-19. Es decir, casi nueve de cada diez embarazadas optaron por acudir igualmente a sus citas durante la pandemia, lo que demuestra la importancia que depositaron independientemente del riesgo de contagio. Según el estudio, para la mayoría de mujeres la experiencia de cancelación de pruebas no fue positiva y les generó sentimientos de inseguridad (33%), indignación (32%), frustración (30%) o resignación (27%). Sin embargo, gran parte de mujeres (58 %) optó por no buscar alternativas a la cancelación de pruebas de seguimiento de su embarazo.

Menos visitas y telemáticas

Durante los primeros meses de cóvid-19, la cancelación de visitas a las mujeres embarazadas fue bastante general: a un 47% de ellas, prácticamente en cinco de cada diez, se le anuló al menos una visita presencial. Este porcentaje se encaramó hasta el 58% en el caso de las mujeres no primíparas (madres de un primer hijo o hija), mientras que entre aquellas que tenían su primer embarazo fue del 38%. Las mujeres con alto nivel de riesgo, más propensas a tener complicaciones, tuvieron menos visitas canceladas (45 % del total de visitas anuladas) que las embarazadas con riesgo medio. Por sistemas de salud, destaca que en los hospitales y centros de salud públicos el 60 por ciento de las mujeres vieron suspendida al menos una visita presencial durante el embarazo, mientras que en los centros privados la cancelación fue del 22%.

Para reducir el riesgo de contagio y aliviar la presión sobre los sistemas de salud, las visitas presenciales se convirtieron en telemáticas, un cambio que afectó al 91,2% de las mujeres. Como en el caso de la anulación de pruebas, esta sustitución provocó sentimientos de inseguridad (45%), resignación (32%) o impotencia (29%), entre otros. En este sentido, Sandra Ezquerra, coordinadora del grupo de investigación SoPCI y directora de la Cátedra UNESCO Mujeres, Desarrollo y Culturas, comenta que “si bien la atención sanitaria por vía telemática puede resultar importante en regiones con difícil accesibilidad, así como en situaciones con pacientes con embarazos de alto riesgo, no debería reemplazar en ningún caso la atención presencial”. Y añade que "las visitas y las pruebas telemáticas deben ser entendidas como complementarias a los contactos presenciales y no como sustitutas". Por otra parte, la mayoría de las mujeres no pudieron participar en un grupo o curso presencial de preparación para el parto y la búsqueda de alternativas a las cancelaciones estuvo condicionada por su nivel adquisitivo.

Menos acompañadas durante el embarazo

En el contexto de pandemia, el derecho de las mujeres embarazadas a estar acompañadas en todo momento por la persona de su elección se vio seriamente comprometido. Las visitas a urgencias y las pruebas (excluyendo las ecografías) tuvieron los peores porcentajes de acompañamiento. En cambio, en los cursos o grupos presenciales de preparación para el parto fue donde las madres pudieron tener más presencia de un acompañante: el 51 % la tuvo siempre. La otra circunstancia en la que las madres pudieron estar más acompañadas fue en la notificación de malas noticias. En este caso, el 33% de mujeres pudieron contar siempre con alguien a su lado. Sin embargo, también conviene subrayar que casi seis cada diez embarazadas estuvieron solas en la pandemia durante la notificación de malas noticias relacionadas con el embarazo.

En las visitas presenciales, el acompañamiento en todo momento cayó de un 94% de antes de la pandemia a un 20% durante la cóvid-19. En las ecografías, este acompañamiento permanente experimentó un bajón del 92,6% al 28,5% y en las urgencias, la presencia de alguien cercano se redujo en 60 puntos. En este sentido, Ezquerra considera que "la protección de la salud debido a la pandemia de cóvid-19 no puede dejar atrás la garantía de derechos de las mujeres y de los bebés".

En el sector privado es donde las mujeres tuvieron más posibilidad de estar acompañadas en todo momento a las pruebas y visitas presenciales, sobre todo durante las ecografías (en un 39 % de los casos en el sistema privado comparado con el 23 % de casos del sistema público ).

Partes con mayor soledad

Durante el primer estado de alarma, y en la mitad de los casos a consecuencia de las medidas aplicadas para evitar contagios de cóvido-19, el acompañamiento de las mujeres durante el parto por una persona de su elección disminuyó del 86 % al 74,6%. Es decir, una de cada cuatro mujeres no pudo estar acompañada de forma continuada por alguien cercano durante el momento de dar a luz.

La forma de finalización del parto fue un factor determinante, ya que las mujeres que tuvieron partos por cesárea se encontraron menos acompañadas. Sólo en el 37% de estos casos las mujeres estuvieron acompañadas siempre por una persona de su elección, mientras que en un 17% de los partos medicalizados no lo estuvieron en ningún momento. Según el sistema de salud, no existen diferencias significativas: en los centros hospitalarios públicos, las mujeres que tuvieron siempre acompañamiento suponían el 81,5%, mientras que en el sistema privado eran el 78,6%.

Visitas postparto canceladas

Durante el posparto, la atención a las madres también se vio afectada por la pandemia. Casi tres de cada diez mujeres tuvo al menos una visita de seguimiento postparto cancelada. En el caso de los cursos o grupos presenciales de postparto y lactancia, sólo un 6,3% de las mujeres pudieron participar en uno de ellos, mientras que el 72% no tuvo la oportunidad de hacerlo en su centro de salud, puesto que el curso o grupo fue anulado por la pandemia. En el sistema público de salud es donde se produjeron más cancelaciones de visitas postparto presenciales, pero también fue en este sistema donde se ofrecieron más posibilidades de sustituirlas por visitas telemáticas. A siete de cada diez mujeres atendidas por el sistema público, se les cambiaron visitas postparto presenciales por otras a distancia. En el sistema privado la sustitución por una visita online se produjo en cinco de cada diez mujeres.

Las cancelaciones de visitas postparto presenciales fueron casi idénticas para mujeres primíparas y no primíparas. Sin embargo, el hecho de no poder participar en ningún curso o grupo, presencial o telemático de posparto y apoyo a la lactancia, tuvo un impacto especialmente negativo entre las mujeres primíparas, que mostraron sentimientos mucho más negativos de desamparo y resignación. “El seguimiento de la fase de posparto recibe mucha menos importancia social en relación al embarazo y al parto. Esto ya ocurría antes de la pandemia y siguió sucediendo durante la pandemia, a pesar de que la valoración física de las mujeres en el posparto es fundamental y no es sustituible por la atención telemática”, reflexiona Sandra Ezquerra.

Un exhaustivo estudio

El objetivo de esta investigación ha sido medir el impacto de la gestión de la pandemia de cóvid-19 en los servicios sanitarios de atención y acompañamiento a la maternidad en Cataluña. La investigación se ha realizado con los datos recogidos a partir de una encuesta realizada a mujeres que estuvieron embarazadas del 1 de enero de 2018 hasta finales de septiembre de 2021, contando con un grupo diana (mujeres con una experiencia posterior al 13 de marzo de 2020) y un grupo control (mujeres con una experiencia anterior a esa fecha).

La fase de recogida de datos se llevó a cabo durante los meses de julio, agosto y septiembre de 2021. En total se obtuvieron 2.600 respuestas, de las que 2.070 se consideraron válidas (1.862 grupo diana y 208 grupo control). El equipo de investigación ha estado formado por Sandra Ezquerra, Montse Fernández, Christel Keller, Michelle Borges, Marta Benet y Louise Bia.

Los informes publicados a raíz de la investigación son: Impacto de la pandemia en la atención al parto de las mujeres con resultado positivo de la COVID-19 (mayo de 2022), Impacto de la pandemia de la COVID-19 en el acompañamiento durante el parto (julio de 2022), Impacto de la pandemia en el acompañamiento durante la atención al embarazo (febrero de 2023), Impacto de la pandemia de la COVID-19 a la atención sanitaria durante el embarazo (febrero de 2023) e Impacto de la pandemia de la COVID-19 en la atención sanitaria durante el posparto (marzo 2023).

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