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El Centro Tecnológico BETA participa en la construcción de las dos primeras biorefinerías de Europa que convertirán residuos sólidos urbanos y lodos de depuradora en productos de alto valor añadido

Localització de la futura biorefineria a Saragossa

El Centro Tecnológico BETA participa en la construcción de las dos primeras biorefinerías de Europa que convertirán residuos sólidos urbanos y lodos de depuradora en productos de alto valor añadido

Establecer un nuevo modelo de tratamiento de los residuos de las ciudades y darles una segunda vida convirtiéndolos en productos de muy alto valor añadido. Este es el objetivo de Circular Biocarbon, un nuevo proyecto flagship de la Comisión Europea en marcha desde el pasado junio, que lideran Urbaser y Socamex y que cuenta con la participación del Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC). Para ello, los próximos cinco años, pondrán en marcha dos biorefinerías pioneras en Europa y diseñadas para tratar la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (FORSU) y los lodos de las depuradoras urbanas. Los productos de alto valor añadido que se derivarán serán biomateriales muy diversos tales como bioplásticos para diferentes usos, como por ejemplo usos agrícolas, biofertilizantes líquidos y sólidos, pero también materiales mucho más complejos como el grafeno, entre otros.

El proyecto establecerá las bases para la demostración a nivel comercial de la viabilidad del concepto de biorefinería como base de un nuevo modelo de tratamiento de residuos urbanos. Su singularidad, según explica Mabel Mora, responsable del área de Tecnologías Ambientales y Bioeconomía Circular del CT BETA, es que "busca abrir nuevos marcos empresariales y de negocio basados ​​en una nueva visión circular del tratamiento conjunto de los residuos" y que, "ayudará a abrir el camino hacia una bioeconomía circular sostenible".

Circular Biocarbon recibió la nota máxima por parte de la Comisión Europea y cuenta con una financiación de más de 23 millones de euros a través del programa BBI-JU (Bio-based Industries Joint Undertaking), que tiene como objetivo implementar la Agenda Estratégica de Innovación e Investigación (SIRA). El proyecto quiere ser un hito para toda Europa gracias a su escala de implementación a nivel industrial y en su potencial para ser replicado en otros territorios una vez obtenidas las conclusiones finales. El consorcio agrupa 11 socios de 5 países europeos (España, Italia, Dinamarca, Francia y Alemania). Además de la UVic-UCC, lo forman Urbaser S.A.U, Socamex, S.A.U, CAP Holding S.p.A, CemeCon Scandinavia A/S, Graphenea Semiconductor S.L.U, Novamont S.p.A, Agro Innovation International, ICLEI European Secretariado GMBH, Universidad de Valladolid y Università Politecnica delle Marche.

Dos biorefinerías en proyecto

De las dos biorefinerías que pondrá en marcha el proyecto, una estará ubicada en Zaragoza y otra en Sesto San Giovanni (Italia). La voluntad de los investigadores es que ambas acaben produciendo una gama muy amplia de biomateriales pero que lo hagan a partir de diferentes tecnologías para testar, en paralelo, qué modelo de biorefinería es más viable para una futura implantación a mayor escala.

En el caso de la biorefinería de Zaragoza, la construcción comenzará en 2022 en las instalaciones del Centro de Innovación Tecnológica de Residuos (CIAM) "Alfonso Maíllo" de Urbaser y el Complejo para el Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ ) del Ayuntamiento de Zaragoza. Al final del proyecto, la biorefinería estará en pleno funcionamiento y tendrá la capacidad de tratar todos los residuos biológicos producidos en el equivalente a una ciudad de tamaño medio. Urbaser, una empresa global de gestión ambiental, y Socamex, la rama de agua de Urbaser, coordinarán este proyecto de cinco años.

La participación del CT BETA

El Centro Tecnológico BETA actuará como soporte técnico en el diseño de la biorefinería de Zaragoza, así como en la definición de muchas de sus condiciones de operación y en el seguimiento de la misma planta. Además, el CT BETA participará en la producción de biofertilizantes de alto valor añadido en colaboración con la empresa francesa Groupe Roullier. En muchos casos, el carácter innovador de las tecnologías que se aplicarán, así como su integración, requerirá conocimiento avanzado en procesos similares. "La experiencia adquirida por el CT BETA estos últimos años en varios proyectos H2020 fue muy bien valorada por los impulsores del proyecto en el momento de la creación del consorcio", explica Mabel Mora, según la cual "participar en un proyecto tan relevante como este es un gran salto adelante para nosotros". Según Mora, "Circular Biocarbon será una de las principales referencias en Europa para los nuevos modelos de gestión de residuos desde la perspectiva de la bioeconomía, y formar parte de su consorcio es un reconocimiento más al trabajo que hemos hecho en los últimos años".

Otro ámbito en el que el CT BETA tendrá un papel relevante será en el de la evaluación de la sostenibilidad, "para garantizar que los modelos de biorefinería impulsados ​​en el marco del Circular Biocarbon son realmente sostenibles desde un punto de vista ambiental, social y económico en comparación al tipo de tratamientos que se propone sustituir ".

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