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El emprendimiento no es cosa de sexo sino de género

El emprendimiento no es cosa de sexo sino de género

Un estudio de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) y la Universidad de Barcelona (UB) demuestra que los individuos que se identifican con el género andrógino o masculino manifiestan una mayor disposición para emprender, y que es la identidad de género, y no el sexo, lo que determina la predisposición a poner en marcha un negocio.

Según el estudio publicado en la International Journal of Gender and Entrepreneurship, se mantiene la existencia de los cuatro tipos de estereotipos de género: masculino, femenino, andrógino y no diferenciado. El proceso de socialización persigue que los hombres se identifiquen con el género masculino y las mujeres con el femenino, pero no siempre lo consigue. Hay hombres femeninos y mujeres masculinas, y un 25% de los individuos -tanto hombres como mujeres-manifiestan una identidad de género andrógina, es decir, que se identifican tanto con características masculinas como con características femeninas.
 
Una de las conclusiones del estudio es que la figura del empresario está asociada sobre todo a los estereotipos de género masculino y andrógino. En consecuencia, la mujer percibe que socialmente no se espera de ella que ponga en marcha una empresa, por lo que se siente amenazada por el estereotipo. Esta es una explicación plausible de la brecha de género en la creación de empresas: "las mujeres no nacen con menos intención de emprender, sino que es el proceso de socialización lo que las lleva a menores niveles de autoeficacia para los negocios" , explica la investigadora de la UVic-UCC, Anna Pérez-Quintana.

Por otra parte, el estudio concluye que si se potenciara la imagen social de los rasgos andróginos de la persona emprendedora, como la creatividad o la innovación, posiblemente la brecha de género en la creación de empresas se reduciría. También habría que, según la investigación, un cambio de paradigma en que tomen importancia determinados rasgos estereotipadamente femeninos como valores positivos para el emprendimiento, como son la flexibilidad, la lealtad, la sensibilidad hacia las necesidades de los demás, la adaptabilidad. .., que no tienen por qué ser contradictorios con la figura de la persona emprendedora. "Posiblemente potenciando estos valores llegaríamos a un sistema económico menos destructivo y menos injusto", afirma la investigadora de la UVic Anna Pérez-Quintana, coautora de este estudio.

Entrevistados 760 estudiantes del grado de Administración y Dirección de Empresas

Este estudio, que analiza la persistencia de los estereotipos de género en la sociedad catalana hoy, así como su influencia en la figura de la persona emprendedora, ha sido realizado por los doctores Anna Pérez-Quintana, Joan Carles Martori y Rafa Madariaga de la UVic- UCC, y por Esther Hormiga de la UB. Para llevarlo a cabo se han seleccionado 31 características que son o bien favorables o bien desfavorables para la figura de la personalidad emprendedora. El trabajo de campo ha consistido en entrevistar 760 estudiantes de primer y tercer curso de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Barcelona, ​​al que se pidió que cuantificasen cada una de las características, según creían que correspondía más a un hombre, a una mujer, a ellos mismos como futuros empresarios, o a una persona emprendedora.

Tras analizar los datos se llegó a la conclusión de que los estereotipos de género persisten y se pudo identificar cuáles eran los rasgos característicos para cada género. La evidencia de los datos demuestra que la persona emprendedora se identifica con los rasgos andróginos (creativo, innovador, optimista, activo, enérgico, capacidad de esfuerzo) y masculinos (seguro de sí mismo, dispuesto a asumir riesgos, con capacidad de liderazgo, ambicioso, competitivo), mientras que las personas con una identidad de género femenina muestran una débil o nula intención de emprender.

Según los datos recogidos en la Encuesta de Población Activa correspondientes al último trimestre de 2016, el total de personas con negocio propio en Cataluña son 529.800, de las cuales el 66% son hombres y el 34% mujeres (unas 180.000). En esta cifra se incluyen tanto los que tienen trabajadores como los que no, así como los miembros de cooperativas.

Esta investigación sale a la luz cuando quedan pocos días para la celebración del día internacional de la Mujer Trabajadora que defiende la igualdad de oportunidades para todas las mujeres.

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