“Estudiar fuera tendría que ser obligatorio para todo el mundo”

Cinco ex-alumnos de la UVic que forman parte del programa Embajadores UVic Alumni se reunieron hoy en la Sala Mercè Torrents del campus Miramarges para explicar sus experiencias de vivir en el extranjero y la importancia de haberse marchado ya antes, durante los estudios. El acto, organizado por la asociación de antiguos estudiantes, UVic Alumni, ha servido para "reforzar el vínculo que existe entre la UVic y sus ex-estudiantes que ahora se encuentran en diferentes partes del mundo", tal y como ha explicado el presidente de UVic Alumni, Abel Conill, apenas iniciado el acto. El programa Embajadores UVic Alumni pone en contacto a los antiguos estudiantes de la UVic que residen temporal o permanentemente en otro país, con otros alumni o estudiantes de la UVic, que quieran participar en una estancia internacional ya sea para hacer práticas, para investigar, para estudiar o como actividad de ocio.

El acto de hoy, que es la primera vez que se llevaba a cabo y que se enmarca dentro de los actos conmemorativos de los 20 años de la UVic-UCC, lo ha moderado el vicerrector de Relaciones Internacionales y Formación Continua, Joan Masnou, que ha agradecido a los embajadores la voluntad de mantener el vínculo activo con la Universidad. "Con el programa Embajadores está apoyando la política de Relaciones Internacionales de la UVic", ha afirmado Masnou, que ha hablado del "efecto transformador" que provoca conocer otras culturas antes de añadir que "no queremos crear comunidades de turistas, sino de viajeros, de personas que prueban cosas, conocen y son capaces de mirar siempre más allá".

Volver a casa no siempre es tan fácil

Han participado en la mesa redonda el ex-estudiante de ADE, Aleix Fernández, que en estos momentos trabaja en una multinacional en Ginebra, Suiza; la enfermera Nuria Pagespetit, impulsora de la ONG Insolàfrica y de una escuela de enfermería en Camerún; el traductor e intérprete Marc Piñol, que es profesor universitario en Camboya; la maestra Dulce Luque, que ha montado una fábrica en Guinea Bissau donde lleva a cabo un proyecto pedagógico; y el ingeniero en Telecomunicaciones José Bellés, que trabaja en una multinacional en Boston, Estados Unidos.

Preguntados por las circunstancias que los han llevado a vivir en estos países, todos han dicho que la casualidad tuvo un papel importante, pero todos compartían, además, el deseo de irse fuera y abrirse a nuevos horizontes. En este sentido, Bellés ha explicado que el deseo comenzó mientras estudiaba y ha asegurado que "salir a estudiar fuera debería ser obligatorio para todos".

Sobre si se sienten o no inmigrantes, Dulce Luque ha manifestado que "los blancos no dejan de vernos como una salvación". En este mismo sentido, Nuria Pagespetit ha apuntado que "a veces parece que tengas que excusarse por ser blanco", y que a menudo la ven "como un euro con patas, lo que ha hecho que nos hayamos tenido que ir ganando el respeto". Aunque en los países más desarrollados se viva una realidad muy diferente, Aleix Fernández y José Bellés, creen que es difícil hacer amigos de verdad, y según ha admitido Bellés, "los estadounidenses me han hecho sentir inmigrante en muchas ocasiones".

Sobre si tienen pensado volver, Marc Piñol manifestó querer hacerlo algún día, "pero no quiero ponerme límites", y ha añadido que "a veces es más difícil volver que quedarte". Lo mismo opinaba Aleix Fernández, que después de tantos años fuera y con "una pareja italiana que tiene proyectos en Singapur", se pregunta, "volver? dónde?".

Los cinco invitados destacaron el apoyo que la UVic les ha dado durante estos años y han manifestado el deseo de continuar colaborando con la Universidad, ya sea desde el proyecto Embajadores UVic Alumni o desde otros proyectos que puedan surgir o emprender. Además, se han ofrecido a ayudar a toda la comunidad universitaria de la UVic y colaborar en la resolución de las dudas que puedan tener los estudiantes que se planteen marcharse sobre sus países de acogida.