La sequía y el calentamiento del agua ponen en riesgo el poblamiento de truchas en la riera Mayor

En los últimos años, entre 2021 y 2023, se ha observado un empeoramiento de muchos parámetros físico-químicos y biológicos (macroinvertebrados acuáticos y peces) en la riera Major (cuenca del río Ter) que podrían estar relacionados con las condiciones de sequía, la que ha hecho disminuir el caudal de forma drástica. El seguimiento de la población de peces y macroinvertebrados en el Espacio Natural de las Guilleries-Savassona lo lleva a cabo desde el año 2018 el Centro de Estudios de los Ríos Mediterráneos (CERM) de la UVic-UCC.

La temperatura del agua en verano durante los últimos dos años ha superado valores límite para la supervivencia de la trucha (22ºC) al menos durante 7 u 8 semanas. Así se desprende de los estudios realizados por el CERM, el seguimiento realizado por parte de los guardas del Espacio Natural de las Guilleries Savassona y los datos de la estación de medida de caudal y temperatura instalada en el Molí de Bojons por iniciativa de este Espacio Natural.

El poblamiento de peces en los dos tramos evaluados está formado por tres especies: la trucha común (Salmo trutta), con una presencia casi testimonial, el barbo de montaña (Barbus meridionalis) que ha ido estabilizando sus poblaciones, y verón o barbo rojo (Phoxinus sp), de origen foráneo e invasor, que se consolida como especie mayoritaria en detrimento de las otras dos. La situación actual de los peces de la riera Mayor podría tener varias causas, como la reducción de los caudales y el aumento de la temperatura del agua, que llega a superar el umbral de los 22ºC (límite para la supervivencia de la trucha).

Por otra parte, no debe descartarse el impacto todavía presente del aguacero de 2020, las modificaciones del hábitat por el aumento del sablón y la reducción de las gargantas. Además, desde 2022 se ha observado una disminución de la condición física media de las tres especies, sobre todo de truchas, que podría deberse al aumento de los vertidos orgánicos a lo largo de la riera.

La mala conectividad ecológica de la riera para los peces, debida a la presencia de diversas esclusas, sigue siendo una presión importante, aunque se están iniciando acciones de permeabilización de las esclusas. Estos obstáculos son un problema sobre todo para la tortilla, que es incapaz de ir agua arriba para fresar en otoño-invierno y/o para refugiarse en los meses más cálidos. Sin embargo, también hay que seguir evaluando el incremento de vertidos y su impacto en el conjunto del poblamiento de peces e invertebrados acuáticos.