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Mireia Bartrons, coautora de un estudio hecho en Islandia sobre los efectos del cambio climático en el suelo

Treball de camp Islàndia

Mireia Bartrons, coautora de un estudio hecho en Islandia sobre los efectos del cambio climático en el suelo

El cambio climático calentará el aire, el mar, pero también el suelo. Bajo nuestros pies suceden procesos claves para nuestra supervivencia, el reciclaje de la materia orgánica o la fertilidad del suelo son ejemplos. Este lunes la revista Nature Ecology & Evolution publica la investigación más global que existe hasta ahora sobre los efectos del calentamiento del suelo a corto y a largo plazo. Esta investigación la ha llevado a cabo el consorcio ForHot en Islandia, formado en 2012 por un grupo de científicos, convencidos de que Islandia es el mejor laboratorio europeo para estudiar el calentamiento global.

Entre los científicos que lo conforman, y que son coautores del estudio, figuran Mireia Bartrons, profesora y miembro del grupo de investigación Ecología Acuática de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), Sara Marañón, Jordi Sardans y Albert Gargallo investigadores del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales) y Josep Peñuelas investigador del CREAF y el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas).

Durante su trabajo, los investigadores observaron que los primeros años de calentamiento del suelo del ecosistema sufre una superreacció: el metabolismo de los microorganismos se acelera, se libera carbono a la atmósfera y la composición del suelo cambia. Sin embargo, a largo plazo, consigue un nuevo equilibrio en el que ya no se observan cambios bruscos: las especies de seres vivos son diferentes o se han adaptado y, aunque hay una concentración menor de carbono, nitrógeno y materia orgánica, el ecosistema ha conseguido un nuevo estado estacionario.

Los investigadores compararon los efectos del calentamiento en 124 elementos del ecosistema que representaban diferentes organismos vivos (plantas, comunidades de microorganismos y hongos) e inertes (composición del suelo). Según el equipo investigador, uno de los puntos fuertes del trabajo es el consorcio que conforman, formado por científicos que estudian diferentes variables en los mismos lugares, como las comunidades microbianas, las variables químicas del suelo, la biomasa de las raíces, los nematodos, la vegetación o la cantidad de carbono. "Otras investigaciones se centran en una cantidad más limitada", comenta Sara Marañón, investigadora del CREAF y coautora del estudio.

Una zona en Islandia permite observar las consecuencias del calentamiento del suelo a corto y a largo plazo

La investigación se llevó a cabo cerca de Hveragerdi, en el suroeste de Islandia, "una localización especial porque hay una actividad geotérmica que provoca que la temperatura del suelo vaya los 0,5 ° C a 40 ° C, dependiendo de la distancia hasta los puntos calientes subterráneos ", explica Mireia Bartrons, según la cual" esto permite estudiar cómo afecta el aumento de temperatura del ecosistema subártico ".

Además, en este entorno hay gradientes de temperatura con diferente antigüedad. Por un lado, hay suelos que han evolucionado con estos gradientes durante más de 50 años. Por otro, un terremoto de 2008 generó nuevos gradientes geotérmicos en otros suelos. Gracias a ello, los investigadores pudieron comparar los efectos que tiene el aumento de temperatura sobre el ecosistema del suelo a corto plazo (de 5 a 8 años) con los efectos a largo plazo (más de 50 años). "Normalmente los experimentos para medir el impacto de la temperatura del suelo no son tan antiguos y rara vez duran más de 10 años. Lo más innovador de nuestra investigación es que nos permite observar los cambios en los ecosistemas a muy largo plazo y determinar por primera vez qué adaptaciones sufren los diferentes elementos y procesos al ecosistema. Esto es extremadamente valioso ", comentan los investigadores

Para Mireia Bartrons, "la clave de esta investigación no es intentar extrapolar los cambios específicos que suceden a las diversas comunidades vegetales, de microorganismos y de animales de esta zona a otros ecosistemas, sino identificar los elementos de un ecosistema que son más útiles para prever los efectos del cambio climático a largo plazo ". En este sentido, añade Sara Marañón, "no podemos pretender que todos los estudios de calentamiento global duren más de 50 años. Por ello, esta investigación proporciona un marco para comprender los cambios que se desencadenan al ecosistema con este aumento de temperatura, y facilitará futuras investigaciones elegir las variables que, con análisis a corto plazo, permitan prever mejor qué sucederá a largo plazo " .

Artículo de referencia:

Tom W. N. Walker et al. (2019). A systemic decadal-scale overreaction to soil warming in a grassland ecosystem. Nature Ecology & Evolution.  https://www.nature.com/articles/s41559-019-1055-3

Fotografía: Jennifer Soong

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